Seguimos adelante con nuestro proyecto pero se nos planteó un problema. Traíamos fotos de rincones de biodiversidad de nuestro pueblo que hicimos con ayuda de las familias, como eran tan preciosas teníamos que colgarlas en en el pasillo. Para ello, elegimos un lindo papel continuo amarillo pero el problema era que es un rollo demasiado largo y sólo teníamos que cortar el trozo de papel justo para la pared que queremos decorar.
El equipo verde era el encargado de buscar una solución, así que salieron al pasillo que es donde está la pared que queríamos decorar y además hay más espacio. Ellos solitos fueron ensayando diferentes soluciones, medir con los brazos, contar cuántos manos todos juntos…hasta que al final dieron con la tecla: midieron con las manos, pero todos a la vez no podía ser, así que decidieron que las manos de Martina fueran la unidad de medida. Ella fue poniendo las manos en la pared una tras otra hasta contabilizar toda la superficie, en total 34 manos de Martina era la medida que necesitaban.
Luego a cortar el papel, así que mientras los compañeros sujetaban, Martina con mucha paciencia volvió a poner sus manitas 34 veces sobre el papel, y en la número 34 dijo: aquí cortamos.
Al final gracias al equipo verde conseguimos colgar nuestras fotos en un estupendo mural.